La travesía en tres palabras:Mágica, anacrónica y romántica.
Lo imperdible:¡No hay excusa válida para visitar Cartagena y no ir a las Islas del Rosario! Puedes encontrar sugerencias y recomendaciones para este viaje en la guía.
Lo inesperado:Barú ha sido subestimada por el turismo durante años; sin embargo, la apertura del puente que la conecta con la ciudad hace más de un año, permitió que la península se desarrollara de una forma más independiente, para disfrutarlo como local, lee la sección sobre Barú de la guía.
Lo básico:El turismo es la actividad principal de la ciudad, así que todos están muy involucrados en él y, probablemente, sea su única forma de ingresos... por eso la playa puede ser un poco intensa. Debes ser muy cuidadoso con los mariscos que comas en la playa porque, a veces, no son tan frescos y puedes terminar en el hospital. Adicionalmente, si te dicen que te dan un prueba o dos o tres, lo más probable es que te cobren por ella –aún si te habían asegurada que era gratis. Recuerda, puedes decir que no.
Ven aquí si...Quieres caminar de la mano con alguien.
Para dormir:Cartagena es una ciudad que vive del turismo, así que la oferta hotelera es bastante amplia. Para vivir la experiencia más exclusiva, diría que las mejores opciones son los hoteles boutique ubicados en el casco histórico como el Anandá, Santo Toribio o el Bastón Luxury Hotel; sin embargo, estos tienden a ser los alojamientos más costosos. En el corralito también están cadenas más grandes como el Santa Teresa o el Santa Clara –en la misma gama de precios de los anteriores. Por otro lado, están los hoteles de cadena más modernos como el Radisson, el Holiday Inn o el Ibis –este último tiene una mejor tarifa. Finalmente, si viajas con un grupo grande, mi recomendación es que alquiles un apartamento, hay todo tipo de opciones y, de seguro, puedes ahorrar. Un contacto para encontrar departamentos en la ciudad es: [email protected]
Para ver:En mi ciudad hay un montón de cosas para ver, y justamente se trata de eso esta entrada, así que encontrarán más información en el texto, pero, a parte de caminar por el centro, visitar las Islas del Rosario y las playas del Norte, deberían darse una vuelta por el Volcán del Totumo. Es un paseo un poco excéntrico, pero por eso resulta imperdible. A aproximadamente una hora de Cartagena está este pequeñito volcán en cuyo crater de lodo te puedes bañar. ¡Es bien especial!
Para comer:Los que me conocen saben que, en mi vida, la comida es prioridad y mi favorita es la de mi tierra. Así que, esta no será solo una lista de restaurantes, sino una descripción de los imperdibles de la gastronomía cartagenera.
La famosa arepa de huevo es una bola aplanada frita de harina de maíz rellena de un huevo frito con o sin carne molida. El plato típico cartagenero consiste en un pescado frito –generalmente entero–, arroz de coco, patacón y ensalada. La posta cartagenera es de esos platos para los que cada casa tiene una receta distinta; sin embargo, todas se parecen en una cosa: ¡un delicioso trozo de carne dulce! Las carimañolas son bolas frita de yuca rellena de queso o carne molida. El mote de queso –mi favorito– es una sopa hecha de queso costeño y ñame. La cazuela de mariscos es otra sopa a base de mariscos con leche de coco. El roscón es un pan redondo horneado relleno de dulce de guayaba o arequipe. Las cocadas son dulces hechos de coco mezclado con azúcar, papaya o tamarindo. Puedes cómpralas en El Portal de los Dulces cerca a La Torre del Reloj o en la playa. Los dulces de tamarindo son caramelos blandos de tamarindo y azúcar. Ahora, restaurantes: Cartagena, siendo una ciudad turística, tiene una cantidad gigantesca de restaurantes y, muchos de ellos, son realmente deliciosos, aquí van mis favoritos: Da Silvio es uno de los menos populares, pero la pizza aquí es increíble y a un precio bastante decente. Pizza Luna tiene las mejor pizzas, tal vez del país, y está ubicada en la Plaza San Diego, perfecta para pasar una noche de vinos y folclor. La Tumbamuertos, también ubicado en esta plaza, tiene las mejores hamburguesas que me he comida en años, ¡muy recomendado! Tabetai, un bar de sushi en Bocagrande, ofrece un sashimi fresquísimo y rollos con combinaciones alucinantes. El Pescador de Colores es una innovadora propuesta ubicada en la Isla de Barú; puedes llegar en lancha –ellos ofrecen servicio de transporte– o en carro. En este increíble lugar podrás disfrutar de un menú de comida de mar y mediterránea de otro mundo –no puedes perderte los mejillones en queso azul– y pasar la tarde tomando el sol en sus camas de playa. Para leer:Las calles de Cartagena son perfectas para leer a García Márquez –además, porque la casa del autor está en el Centro Histórico– El coronel no tiene quien le escriba o Crónica de una muerte anunciada, serían una linda compañía junto al mar.
También puedes escoger salirte un poco de lo tradicional y leer La tejedora de coronas de Germán Espinosa una novela ambientada en la Cartagena del siglo XVI que podría ayudarte a imaginar a los personajes que caminaron por las calles de la ciudad en la época de la colonia. Un día de playa en Marbella.
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Todo viajero sabe que siempre es mejor conocer un lugar de la mano de un local. Así que aquí está: mi pequeña guía de mi pequeña ciudad.
El Centro Sin duda alguna, el arma de seducción de Cartagena es su Centro Histórico, declarado Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1984. Al ser el principal puerto de la corona española en América durante la colonia, Cartagena tiene algunas de las murallas, fortificaciones y catedrales más importantes de América Latina. Mi recomendación es: caminar. Da un paseo por sus calles empedradas, rodeadas de museos y monumentos como El Museo de la Inquisición, el Museo del Oro y la Catedral de San Pedro. Así, de seguro no te perderás de nada. Mi plan ideal sería tomar un almuerzo típico, por ejemplo, en La Cocina de Candé –prueba el pescado, la cazuela, la posta cartagenera o el mote de queso–, caminar por las plazas –Santo Domingo, San Pedro, el Parque Fernández Madrid y San Diego–, comer una paleta artesanal en La Paletería, ir de compras a Las Bóvedas, ver el atardecer sobre la muralla –no importa si es en el suelo o en Café del Mar– y pasar la noche mirando espectáculos folclóricos en la Plaza San Diego, comiendo una pizza de Pizza Luna o la mejor hamburguesa de la ciudad –y probablemente del mundo– en La Tumbamuertos. La Plaza de la Trinidad & Getsemaní Es evidente que el Centro ha acaparado la atención del turismo durante años, por eso, cuando Getsemaní comenzó su resurrección hace unos pocos, los locales se regocijaron al poder disfrutar de un pequeño secreto libre de turistas por primera vez: La Plaza de la Trinidad. Este lugar recientemente se ha convertido en el espacio de congregación de los artistas callejeros de la ciudad, así que podrás sentarte –muy probablemente en el suelo–, con una cerveza en la mano, a ver todo tipo de hazañas con fuego, malabares y bailes. Ahora, si prefieres algo menos experimental, la plaza está rodeada de restaurantes como la pizzería Da Silvio y Cháchara, dos de mis favoritos. Getsemaní también se ha consolidado como un gran lugar para la fiesta, por eso, si lo que quieres es bailar, no te puedes perder La Habana –un concurrido bar de salsa en vivo, en el que turistas de todos los rincones se empeñan en la hilarante tarea de aprender a bailar el ritmo– o Bazurto, un pequeñísimo bar de champeta muy frecuentado por los locales. Bocagrande, Laguito y Castillo Aunque, a decir verdad, estos tradicionales barrios de la ciudad han perdido su encanto, fueron el corazón de Cartagena durante años. En ellos se encuentran los centros más importantes de comercio y algunas de las zonas residenciales más tradicionales. Entrar a este sector puede ser bastante caótico por la crisis de movilidad que azota a la ciudad, pero, si quieres conocerla completita, no te puedes perder la caminata por la Avenida San Martín o el ceviche del Hotel Caribe. Además, te recomiendo que pases por Tabetai, un bar de sushi en una ingeniosa construcción de containers de dos pisos, con vista al mar. Zona Norte Esta es la zona más exclusiva de la ciudad y la de más reciente desarrollo. Aquí, los modernos hoteles y apartamentos se enfilan junto a la playa para ser el escenario de las fiestas y el estadio de los deportes náuticos. La zona norte es perfecta para pasar el día bajo el sol, rodeado de gente, cometas y música. *Ninguna de las playas de Cartagena es legalmente privada; sin embargo, los hoteles y edificios de la zona se han tomado la libertad de prestar servicios pagos en ellas, así que encontrarás algunos bares y restaurantes a lo largo de la costa. Manga & La Popa De Cartagena la gente conoce tres áreas fundamentales: Bocagrande, el Norte y el Centro; sin embargo, la ciudad es más que eso. Mucho más. Manga es un barrio residencial cuyo desarrollo se ha incrementado en los últimos años. Allí, se pueden ver las tradicionales casonas en las que vivieron las familias más adineradas del siglo pasado. Además, está uno de los restaurantes más conocidos de la ciudad: el Club de Pesca. El pie de la popa es otro barrio residencial construido sobre la falda del cerro de la popa. En la cima de esta montaña está el Convento de la Popa, una construcción colonial del siglo XVI que venera a la virgen de la Candelaria, representante de la raza negra y patrona de la ciudad. Esta edificación fue pensada para terminar con las tradiciones paganas de los indígenas y africanos en la época de la colonia, por esa razón fue construido en el lugar más alto y visible de Cartagena, simbolizando la victoria de la iglesia católica y la conversión de todos los habitantes de la ciudad. El convento está abierto al público, así que, si la historia es lo tuyo, este es un espacio del que no te puedes perder. Las Islas del Rosario No importa si tu estadía es corta, tienes que visitar las Islas del Rosario. Este archipiélago, conformado por veintiocho islas, es conocido por ser uno de los arrecifes coralinos más importantes del país. Aunque el turismo ha hecho de las suyas, hubo una época en la que delfines y tortugas se acercaban a las tripulaciones para saludar. La mayor parte de estas islas son privadas, pero hay varias ofertas para pasar la noche. Para emprender el viaje, debes acercarte al muelle Los Pegasos y escoger el plan que más te convenga. Lo único que debes pagar para entrar es el impuesto de salida en las taquillas del muelle. El tour puedes pagarlo adentro, y te recomiendo que así lo hagas. Sugiero que tomes una lancha rápida y no un barco grande, estos últimos tardan alrededor de dos horas y media en llegar a las islas. Por último, no te olvides de llevar snacks y agua, las islas están abastecidas de comida –contrario a lo que te dirán los vendedores afuera del muelle–, pero cualquier compra te costará tres veces más que en la ciudad. Barú Esta península ha sido subestimada por el turismo durante años; sin embargo, la apertura del puente que la conecta con la ciudad permitió que se desarrollara de una forma más independiente. Para disfrutarla como local, debes vivirla de la manera adecuada, así que aquí van mis sugerencias: Primero, viajar en carro es ideal porque te da libertad sobre los horarios, pero, si está fuera de tu alcance, también puedes puedes hacerlo como todos lo hacíamos antes: en barco. Segundo, cuando llegues a Barú, no te quedes al comienzo de la playa, trata de caminar un poco para encontrar un espacio menos concurrido. Tercero, si ya hiciste el viaje, hazlo como es: pasa la noche en El paraíso de Mama Ruth, así tendrás la posibilidad de disfrutar del mar en el silencio y la soledad de la noche. Si decides quedarte allí, debes ir preparado para la sencillez de sus instalaciones, pues las cabañas tienen luz solo a partir de las seis de la tarde y el baño funciona con totuma. Por otro lado, hace muy poco abrieron un restaurante llamado El Pescador de Colores que tiene una onda bien especial. Puedes llegar en lancha –ellos tienen una lindísima que ofrecen como parte de un paquete– o en carro y pasar el día tomando el sol en sus camas de playa, relajándote en el spa y disfrutando de su carta que, aunque es protagonizada por el pescado, tiene todo tipo de opciones. Si decides pasar, no olvides hacer tu reservación y probar los mejillones en salsa de queso azul. Tierra Bomba A menos de dos kilómetros de la costa de Bocagrande, está Tierra Bomba. La pobreza de esta isla es un claro reflejo de lo marginada que se encuentra del desarrollo turístico de la ciudad –como muchos barrios del área continental. Claro, como toda isla cercana, está siendo explotada por algunos hoteles de la zona, debido a que el mar, en algunos de sus sectores, es tan azul como el de las Islas del Rosario. En Tierra Bomba puedes estar durante el día –el pescado que sirven es increíble– o pasar la noche en alguno de los hoteles o posadas del lugar y, si quieres conocer más a fondo la realidad de la desigualdad de Cartagena, puedes pasarte por el pueblo que da el nombre a la isla que, de seguro, te dejará atónito. RECOMENDACIONES Propinas: En Colombia las propinas están incluidas en la cuenta, pero son opcional. A veces, te preguntarán si quieres incluirla o no, aún si no te preguntan, puedes pedir que la excluyan. Si quieres dar propina adicional el 10% o 15% es una buena cifra y la gente se pondrá muy feliz. Los taxis: La tarifa mínima de los taxis es $5.000 COP ($1,8 USD). Los recorridos deberían costarte entre $5.000 - $10.000 COP ($1,8 - $3,5 USD), a menos de que estés hospedado en la Zona Norte (que es un poco apartada de la ciudad). La mayoría de ellos (aún siendo nocturnos) deberían estar entre los $6.000 o $7.000 COP ($2 o $2,5 USD). Las carreras de y hacia el aeropuerto tienen un precio distinto que varía entre $15.000 y $25.000 COP ($5 y $9 USD). |
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